Nada más llegar al mundo, el bebé ya puede ver, aunque su sistema visual es muy básico.
Su agudeza visual es mínima, de 0,5 sobre 10, y su campo visual es de unos 40 grados, frente a los 180 de los adultos. Igualmente, sus ojos también tienen que seguir desarrollándose, y mucho: si el ojo del recién nacido mide 17 mm, a los 12 meses medirá 19 mm y llegará hasta los 23,8 mm cuando el niño cumpla los 15 años.
EL MUNDO DE UN RECIÉN NACIDO ES EN BLANCO Y NEGRO
El recién nacido no percibe los contornos con claridad, ve borrosamente los contrastes de luces y sombras, no distingue los colores (su mundo es en blanco y negro) y solamente enfoca bien los objetos situados a 20 o 25 cm de su cara; curiosamente, la distancia entre sus ojos y los de su madre cuando ella le acurruca contra su pecho.
Además le encantan los objetos de tonos brillantes, las rayas y los contrastes fuertes de color. Por el contrario, las luces intensas y el exceso de claridad le molestan mucho, porque le deslumbran.
Entre el primer y el segundo mes, el pequeño ya es capaz de fijar la vista unos instantes en algún estímulo que le llama la atención. Y puede seguir con la vista un objeto que se desplaza despacito en sentido horizontal.
A los tres meses aumenta su agudeza visual, comienza a desarrollarse la capacidad de adaptación (el enfoque a diferentes distancias), empieza a distinguir de forma difusa algunos tonos, como el celeste, y percibe los contornos con más nitidez. Presta más atención a la zona central de su campo visual que a los laterales y le encanta mirarse las manos y chupárselas.
Del tercer mes en adelante empieza a hacer ensayos para situar los objetos en el espacio y para coordinar el movimiento de sus ojos con el de sus manos, lo que le permitirá tocar y, un poco más tarde, coger los objetos a voluntad al primer intento.
GRACIAS A TÍ VERÁ MEJOR. CONSEJOS PARA DESARROLLAR SU SENTIDO DE LA VISTA
Los ojos son una de las principales fuentes de información de tu hijo. Por eso es importante que sepas cómo puedes estimular su sentido de la vista. Hazlo así:
- Elige para él una habitación que sea espaciosa y luminosa.
- Coloca su cuna a cierta distancia de las paredes, nunca en un rincón (el ojo humano está diseñado para ver a lo lejos), y varía su posición en el dormitorio una vez a la semana. También es importante que cuelgues de ella un móvil de colores muy contrastados.
- Juega con él a mostrarle objetos que le llamen la atención por ambos lados, para estimular sus dos ojos por igual.
Y un último consejo: cuando salgas a la calle con tu bebé, protégele del sol con la sombrilla del cochecito, no sólo para prevenir quemaduras cutáneas, sino para evitar que esta luz tan intensa le dañe algunas estructuras del sistema visual, que aún no tiene formadas.
Fuente: www.crecefeliz.es