El efecto del cloro en nuestros ojos. Consejos para aliviar la irritación o evitarla

En la temporada de verano es muy frecuente acudir a la piscina para pasar mejor el calor, pero también es muy frecuente que los ojos se pongan rojos y se irriten debido al cloro que se usa en las piscinas.

El cloro es un elemento químico con propiedades antisépticas que resulta imprescindible para mantener el agua de las piscinas limpia y protegida de las infecciones. Por sus fuertes propiedades desinfectantes y decolorantes puede provocar irritación en los ojos, en la piel y en las vías respiratorias.

Normalmente, si el agua ha sido correctamente tratada y desinfectada los bañistas no deberían sentir ninguna de esas molestias, pero es verdad que el agua de las piscinas contiene contaminantes procedentes de los mismos bañistas como el sudor, la orina, la saliva, piel muerta y productos cosméticos varios como cremas, lacas, perfumes y desodorantes. Todos estos elementos pueden afectar a nuestros ojos. Es fundamental lavarse y ducharse antes de entrar en la piscina, disponer de servicios cerca de la misma.

Si vamos a bucear o practicar deporte

Es ideal usar gafas acuáticas, protegerán nuestros ojos de los elementos desinfectantes que nos pueden provocar irritación y de los agentes contaminantes que pueden encontrarse en el agua. Con las gafas evitamos también que nuestros ojos se enrojezcan y se irriten por la acción del cloro.

Enfermedades oculares típicas en las piscinas

Algunas bacterias, como es el caso de las clamidias (Chlamydia trachomatis), no pueden ser eliminadas por el cloro, y pueden provocar conjuntivitis en los nadadores. Algunos virus, como el adenovirus y el virus del herpes, también pueden provocar conjuntivitis, las llamadas “conjuntivitis de las piscinas”.

También pueden causar una conjuntivitis las alergias, las cremas… En la conjuntivitis alérgica el síntoma más llamativo es el picor de ojos.

Consejos para evitar estos síntomas o aliviarlos

En primer lugar debemos usar gafas acuáticas, tal y como hemos explicado, ya que nos protegerán de las posibles infecciones.

Cuidado con las cremas que usamos para protegernos del sol ya que podrían causarnos alergías, debemos consultar con nuestro médico o farmacéutico cuales son hipoalergénicas.

Enjuaga tus ojos con agua fría. Después de nadar, el residuo del agua puede permanecer en tus ojos y enjuagarlos con agua fría limpiará los rastros de las cloraminas u otras substancias que pueden causar la irritación, seca tus ojos con una toalla suave cuando termines.

Usa una solución salina para restaurar la humedad de tus ojos. Si sientes los ojos secos y rasposos después de nadar, una solución salina puede aliviarlos. La solución salina es esencialmente un tipo de gotas sintéticas y ayudan añadir humedad para hacer que tus ojos se sientan mejor inmediatamente. Busca gotas oftálmicas de suero salino.

Si todo esto no es suficiente consulta con tu optico-oftalmólogo de confianza. Esperamos que os guste y os sirva, nos vemos en el siguiente post!!

 
 

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